SPA y sus Alrededores
Consumidores dudosos en la elección de un SPA
Entre evolución del mercado y carencias normativas.
Silvio Cardinali - 04/01/2018

El mercado de los SPA se ha caracterizado en los últimos años por un elevado desarrollo y se realizan previsiones positivas para los próximos años que no son el resultado de un “fenómeno de moda” transitorio, sino al contrario, deben interpretarse también en relación a nuevos modelos de consumo que se están implantando.
Sin embargo, este mercado parece tener una difícil “delimitación” a causa de:

  1. una definición normativa no clara, en especial en relación a los servicios ofrecidos en los “centros de bienestar”; debe subrayarse que el término "bienestar" es ampliamente utilizado por diferentes tipos de empresas;
  2. la presencia de variaciones en el modelo de consumo y en las dinámicas competitivas, que podrían definir parcialmente los límites;
  3. la heterogeneidad de esta “industria”, que agrupa muchos tipos de empresas (Spa en la ciudad, Spa en resorts, centros termales con SPA, e incluso otros).

Debe añadirse que los operadores del sector crecen exponencialmente y transforman su propuesta comercial, utilizando cada vez más a menudo nuevas formas de competencia. Basta pensar en cuando el mercado de los SPA, aún en fase de constitución, se caracterizaba solo por unas pocas empresas que se trabajaban sobre todo en temas de estética y de adelgazamiento y representaban únicamente a una élite bastante limitada.
En estos últimos 15 años el mercado ha cambiado profundamente y operadores provenientes de sectores muy diferentes se han acercado a este segmento; a las tradicionales Beauty farm se han unido estructuras termales “reconvertidas al nuevo negocio del bienestar”, hoteles antes de 5 y ahora de 4 o 3 estrellas con las respectivas propuestas de SPA que contribuyen a hacer que este mercado en crecimiento sea muy competitivo pero en determinados aspectos también muy confuso para el consumidor.
En cualquier caso, si se desea delinear los límites de esta industria, se puede hacer referencia al conjunto de empresas especializadas en la oferta de diferentes tipos de productos y de servicios, dirigidos a satisfacer y a mejorar la condición psíquica y física del hombre, evitando de esta manera intervenciones invasivas.
Por otra parte, si se recurre a un enfoque más restrictivo, se pueden superar algunos límites que se pueden detectar en el caso anterior, realizando una clasificación en:

  • servicios “no residenciales”, que pueden identificarse también como “servicios de proximidad”;
  • servicios “residenciales”, para los cuales es necesario ofrecer prestaciones accesorias como la estancia.

El problema es que estructuras que ofrecen servicios para la persona incluso muy diferentes unas de otras utilizan la denominación de "centros de bienestar" o de "SPA" y esto puede llevar a una falta de satisfacción y confusión en los consumidores. Por otra parte, el cliente tiende cada vez más a ser consciente de los procesos de compra y busca, en Internet o fuera de línea, información útil para hacer una elección; pero contrariamente a lo que sucede en otros contextos turísticos (tanto para los destinos como para los hoteles) los instrumentos que utilizan los clientes del segmento del "bienestar" a menudo están fragmentados o falta información, no están certificados o faltan referencias en la red. La ausencia de estándares en los protocolos de gestión y en la definición de la dimensión de un Spa pueden hacer que equivocadamente se sitúe un hotel que ha integrado algunos servicios para el bienestar, como un baño turco o una sauna, con un resort que dedica a estos servicios más de 4000 metros cuadrados. Todo ello es aun más evidente cuando de una definición de los aspectos estructurales se pasa a una interpretación de los otros aspectos relacionados con los protocolos de gestión de la clientela, los tratamientos, la capacidad de permitir al turista del bienestar de vivir "holísticamente" su experiencia. En este sentido, si el turismo del bienestar representa uno de los grandes segmentos de la demanda turística, queda mucho por hacer para apoyar al cliente en la definición de un proceso de elección.

 

Silvio Cardinali